Desde mi punto de vista ninguna de las dos cosas. Así es como me educaron y como educamos a la mayoría de nuestros jóvenes: “trabaja mucho y confía en la suerte”.
Pero el éxito se basa en tu actitud: en que tu mente busque de forma compulsiva las oportunidades viendo el mundo como una fuente de éxito. ¿Pero porque no lo hacemos?
Recuerdo de cuando era pequeña una frase de mi madre: “hija, a ver si tenemos un poco de suerte en la vida”. Mi infancia es una infancia de trabajo, trabajo, trabajo y trabajo. De mis padres para sacarme adelante y mío para cumplir con sus expectativas.
Para ella, el trabajo duro y el sacrificio era la única manera de sobrevivir. Y la suerte ese elemento que quizás les permitiría vivir de forma distinta. Nunca la llegó.
Y yo crecí con la filosofía del trabajo como única forma de crecer. ¿Eso es malo? No, por supuesto. Cuantas veces hemos oído aquello de que el éxito llega con un 5 % de inspiración y un 95 % de sudor. Porcentaje más o menos.
He creído en ello y durante …. bueno muchos años (¡¡¡como mujer no tengo ninguna gana de declarar mi edad!!!) …. trabajé, trabajé y trabajé. Y a pesar de que no podía considerar mi carrera precisamente como un fracaso, tampoco la podía considerar tremendamente exitosa.
Supongo que quizás me faltaba suerte. O al menos es lo que diría mi madre: hija no tenemos suerte, solo nos vale trabajar.
Ayer por la tarde estaba tomando una cerveza con un amigo. Me preguntaba que era diferente en mi después de estos 14 meses de reconstrucción personal y profesional. A los que esto de los 14 meses os suene raro basta con que vayáis hacia atrás en mi blog y leáis el de hace unos días.
Debí de tardar milisegundos en responderle: José Carlos lo que ha cambiado es mi actitud. O mejor dicho: lo que ha cambiado es mi percepción del mundo.
Desde que inicié mi proceso de transformación mi visión del mundo es distinta. ¿En qué? Simplemente en que ahora miro al mundo como una fuente de oportunidades. Antes ni siquiera lo miraba, solo trabajaba. Y cuando solo estás concentrada en seguir el camino marcado … no ves las alternativas que el mundo te ofrece.
Volvamos a la conversación con José Carlos. Su curiosidad es insaciable. Debe ser porque es psicólogo. ¿Porque ha cambiado tu actitud Eva? ¿En qué? Esto ya es algo más que milisegundos.
La respuesta era compleja de explicar, aunque sencilla cuando has llegado a un estado de desarrollo personal completo.
Cuando avanzas en la transformación personal lo mas importante es que desaparecen las barreras que limitan tu visión de ti misma. Y cuando esas barreras o limitaciones desaparecen tus ojos, tu cerebro y tu corazón se abren. Dejan de estar limitados por tus miedos, o tus temores, o lo que aprendiste (¿recordáis las basuritas de Mafalda de las que hablé en otra ocasión?) y ven el mundo en toda su amplitud y de repente lo que era un comino tortuoso y de esfuerzo se convierte en un abanico de posibilidades.
Si Eva no ha cambiado su forma de mirar la vida, la posibilidad de hablar sobre sus experiencias vitales es un “locura” o “utopía”. Si Eva ha desarrollado todo su potencial, la posibilidad de hablar sobre sus experiencias vitales es una oportunidad de ayudar a los demás y de generar negocio siendo feliz. Aparece Shaping New Humans ¿Parece sencillo verdad? No lo es.
Si Eva no ha cambiado su forma de mirar la vida, acercarse a una persona de éxito que no conoce es sentirse inferior o tener miedo al ridículo o al fracaso. SI Eva ha cambiado, la misma situación no es nada más que una nueva oportunidad de conocer gente interesante que, en el peor de los casos, supondrá una buena conversación. Mi red crece de forma exponencial en cantidad y calidad.
Si Eva no ha cambiado crear una red de expertos en Innovación y Transformación Digital es complejo. Eva, la de ahora, lo ha hecho. Aparece InnoHub Services
Y esa fue la respuesta a José Carlos.
Y esa es la respuesta a la pregunta de este post. ¿Suerte o trabajo?
La suerte no existe; y si existe en todo caso es aleatoria, está relacionada con la Lotería Nacional y solo asegura algo puntual.
El trabajo es fundamental pero no diferencial. Sin trabajo es imposible, por supuesto. Y para triunfar no basta un “trabajo burocrático”. Es necesario el trabajo duro y constante.
Pero la clave del éxito es la actitud. Una actitud abierta, atenta, vigilante, dispuesta a experimentar, a arriesgar, a creer, a intentar.
Y para tener esa actitud te has tenido que liberar de ataduras, de miedos, de temores. Tienes que levantar la cabeza, sacarla de tus inquietudes, de tu trabajo metódico y levantarla para ver el mundo como una fuente de oportunidades.
La pregunta para la próxima entrada es ¿cómo me libero de esas ataduras?